El concepto de obsolescencia programada fue formulado en Estados Unidos en la década de 1930, durante la etapa Gran Depresión. Fue formulada como un mecanismo para impulsar el consumo y así salir de esa crisis económica. Pero ya unos años antes, en 1924, un grupo de empresas eléctricas, incluidas Phillips y General Electric, llegaron a un acuerdo para limitar la duración de las bombillas de filamentos a unas 1.000 horas, en vez de las 1.200 que ya les permitía la tecnología de entonces. En la actualidad, la obsolescencia programada llega a todos los ámbitos. Más evidencias: hace un siglo las medias de nylon les duraban a las mujeres toda la vida, ahora unas pocas semanas. Los coches duraban hace cinco décadas el doble que ahora. Un estudio realizado hace unos años por el Centro Europeo del Consumidor incluía varios ejemplos. Mientras que los antiguos televisores de tubos catódicos podían durar hasta 15 años, los actuales no pasan de 10. El 80% de las lavadoras incorpor...
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