Ciudades de alta tecnología, tecnopolis, del conocimiento.
El término Silicon Valley, Silicon Valley (en español Valle del silicio) es el nombre de la zona sur del área de la Bahía de San Francisco, en el norte de California, (Estados Unidos), alude a la alta concentración de industrias en la zona, relacionadas con los semiconductores y las computadoras; Valley
se refiere al Valle de Santa Clara, aunque se podría también aplicar a
los alrededores, a ambos lados de la bahía, hacia los que muchas de
estas industrias se han expandido.
En
la actualidad, según cálculos conservadores, hay alrededor de cincuenta
nombres relacionados con “Silicon”, entre los que se encuentran Silicon
Alley, Silicon Beach, Silicon Desert, Silicon Forest, Siicon Plateau,
Silicon Tundra, Silicon Swamp, Silicon Holler, Silicon Mesa, Silicon
Bayou, y nueve Silicon Prairies.
¿Qué
tienen en común los centros de alta tecnología del mundo entero?.
Surgen en torno a los centros universitarios y de investigación y cerca
de los aeropuertos importantes. En los Estados Unidos las empresas de
alta tecnología se han reunido en las afueras de Boston, Chicago,
Dallas, Los Angeles, Nueva York, Filadelfia y en la zona de Research Triangle de Carolina del Norte. En otros países del mundo se han agrupado en torno de Cambridge, Edimburgo, Belfast, Estocolmo, Haifa y Beijing.
“Tecnopolis”]
Un
antecedente de este concepto es "el corredor tecnológico" o "el
triángulo tecnológico", que se consolidó en los setenta en algunas
regiones de Estados Unidos. La célebre "Ruta 128" en Boston, el Valle
del Silicio en California y el complejo tecnoindustrial de Carolina del
Norte constituyen antecedentes de esta modalidad. En estos primeros años
del siglo XXI se han convertido en dinámicos ensamblajes de actividad
que se denominan "tecnópolis" y se han perfeccionado funcional y
estructuralmente, difundiéndose en países de tamaño industrial superior y
medio en Europa, Japón, China, Corea e Israel.
Como
núcleo de esta red compleja que estimula avances tecnoindustriales, se
puede identificar a un centro universitario que, como bien público, es
apuntalado en sus primeros pasos por las autoridades gubernamentales.
Tal es el caso del "Triángulo de Carolina del Norte", que se apoya en
los investigadores de la Universidad de Duke y las del propio estado (en
Chapel Hill y en Raleigh). Este "Triángulo" nació en los cincuenta y
maduró en los setenta, lo que muestra que el desarrollo de estos
ensambles dinámicos precisa de un periodo de maduración relativamente
largo.
En
menor grado, esta estrategia de regionalización y eslabonamiento de las
labores tecnoindustriales también se aplicó en Austin, Phoenix y Nueva
York, así como en Grecia e Inglaterra. En todos los casos, un centro
universitario bien dotado sirvió de fundamento y "disparador
tecnológico". Pero esto no constituye una condición indispensable. La
Antipolis de Sofía en la Riviera Francesa, la ciudad japonesa de Tsukuba
y la zona empresarial de Shenzshen en China, carecen de un núcleo
académico; en estos casos, los investigadores se ven atraídos por otros
motivos.
Si
se pregunta por los rasgos comunes de estas ciudadelas
tecnoindustriales se encontrará que en general son financiadas por
empresas privadas y se localizan dentro o en las cercanías de un parque
universitario que pone énfasis en la investigación. En todos los casos,
especialistas académicos se vinculan con empresas privadas, ya sea para
conducir estudios solicitados por ellas o para traducir ideas
científicas en innovaciones productivas y comerciales; tienden a
especializarse en un campo singular de la tecnología avanzada, tendencia
que magnifica las ventajas de la concentración. Finalmente, se
observará que el apoyo gubernamental es indirecto y se manifiesta
especialmente en incentivos fiscales y en el ofrecimiento o estímulo de
capital de riesgo. Este apoyo es determinante en el arranque de una
tecnópolis.
En
definitiva un modelo productivo como el que se viene reseñando está
enfocado sustancialmente a reactivar la actividad tecnológica y lograr, a
través de ella, tanto la regionalización de la actividad
tecnoindustrial como el estrechamiento del vínculo entre la tecnología y
el aparato productivo. La tecnópolis constituye una concentración
espacial de agentes tecnológicos, empresariales, comerciales y
financieros encaminada a obtener economías de escala, sin lesionar las
complementaciones en la actividad industrial ni un clima competitivo
que, en general, tiende a acelerar y difundir el cambio tecnológico.
“Conclusiones”
No
existe razón alguna para que este tipo de complejos tecnoindustriales,
denominese, “ciudades de alta tecnologia”, “tecnopolis”, o “ciudades del
conocimiento”, no puedan desarrollarse también en
Colombia, particularmente en Bogotá, Medellín y Cali, si se tiene en
cuenta su importancia económica y productiva en el ámbito
latinoamericano.
A
partir de la instrumentación de una adecuada política tecnológica, cabe
pensar que es una tarea factible construir en Colombia, concretamente
en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali parques tecnoindustriales del
género descrito.
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