Yo también, tuve un sueño. Un sueño que comienza así: primero, me
despierta la alarma de un radio – reloj, o del smarphone, de una marca comercial de EE.
UU, fabricado en Malasia, con un comercial de una empresa aérea mundial
que anuncia unas vacaciones en las Bahamas. Después, me coloco las
pantuflas, me cepillo los dientes, me afeito, y, me enjabono, con
productos de marcas comerciales de reconocimiento mundial.
Luego, me visto con interiores, un Jean, una camisa y unas zapatillas todos de marca que se publicitan en todo el mundo en la TV. fabricada en China con patentes de empresas japonesas desarrolladas en los laboratorios de estados unidos; me dirijo a la cocina y los aparatos dispositivos y electrodomésticos que utilizo (cafetera, vajilla, cubiertos, etc.) para prepararme el desayuno, el jugo que preparo con naranjas importadas, sirvo leche en un taza con hojuelas de maíz, el café, la rebanada de pan, todos, productos e ingredientes producidos por fabricantes de todo el mundo. A continuación, leo un periódico hecho con pulpa de madera canadiense o version electronica o digital en mi celular inteligente y sintonizo la radio con música procedente de países de todo el mundo.
Es probable que mis zapatos sean diseñados en Italia, pero proceder de Bulgaria y que el café que tomo no sea de Colombia o de América Latina o África sino de Vietnam. Podría estar escuchando un CD de JUANES que presenta música de Colombia gracias al equipo de sonido, cuya tecnología fue diseñada por dos empresas, una japonesa y otra alemana, grabado por una empresa de los Países Bajos. Mi ropa podría ser la última moda de París, Londres, Madrid, New York, Bogotá, Medellín o Cali. Al salir de la casa, voy en auto ensamblado con partes diseñadas en un país y fabricadas en otros, hasta el centro comercial donde encontramos tiendas con mercancías procedentes de casas matrices de otro país de origen.
En el trascurso al revisar la correspondencia, en mi correo electronico, via internet, o, en mis redes, encuentro catálogos de todos los museos de arte del mundo, cartas de agentes de seguros y cupones que ofrecen descuentos por viajes en crucero, aerolíneas, trenes y vehículos fluviales y terrestres si viajo a Europa, África, Asia, Oceanía o América. Mientras escribo este artículo puedo estar sentado en una silla importada de Brazil o frente a un escritorio importado de Dinamarca. Quizá adquiera artículos de la tienda sueca que vende artículos a nivel mundial. El PC en que escribo es una copia económica hecha en Taiwán o quizás diseñado en Estados Unidos y fabricado en Irlanda o China o en cualesquier otro país y el programa operacional y las aplicaciones desarrolladas en Ia India, Bangla Desh, o mi país, Colombia.
Por ultimo, voy a acostarme, ¿Qué hora es?. Cuándo observo el reloj, fisico, electronico, analogo o digital, sabes donde lo fabricaron? Puede ser Japón, Hong Kong, Singapur, Filipinas o Suiza.
Bienvenidos al presente. La fantasía de la globalización de ayer se ha convertido en una realidad actual; ha surgido una sociedad postglobalizada.
Pero ¿que es la sociedad postglobalizada? ¿Como difiere de la globalización?
Luego, me visto con interiores, un Jean, una camisa y unas zapatillas todos de marca que se publicitan en todo el mundo en la TV. fabricada en China con patentes de empresas japonesas desarrolladas en los laboratorios de estados unidos; me dirijo a la cocina y los aparatos dispositivos y electrodomésticos que utilizo (cafetera, vajilla, cubiertos, etc.) para prepararme el desayuno, el jugo que preparo con naranjas importadas, sirvo leche en un taza con hojuelas de maíz, el café, la rebanada de pan, todos, productos e ingredientes producidos por fabricantes de todo el mundo. A continuación, leo un periódico hecho con pulpa de madera canadiense o version electronica o digital en mi celular inteligente y sintonizo la radio con música procedente de países de todo el mundo.
Es probable que mis zapatos sean diseñados en Italia, pero proceder de Bulgaria y que el café que tomo no sea de Colombia o de América Latina o África sino de Vietnam. Podría estar escuchando un CD de JUANES que presenta música de Colombia gracias al equipo de sonido, cuya tecnología fue diseñada por dos empresas, una japonesa y otra alemana, grabado por una empresa de los Países Bajos. Mi ropa podría ser la última moda de París, Londres, Madrid, New York, Bogotá, Medellín o Cali. Al salir de la casa, voy en auto ensamblado con partes diseñadas en un país y fabricadas en otros, hasta el centro comercial donde encontramos tiendas con mercancías procedentes de casas matrices de otro país de origen.
En el trascurso al revisar la correspondencia, en mi correo electronico, via internet, o, en mis redes, encuentro catálogos de todos los museos de arte del mundo, cartas de agentes de seguros y cupones que ofrecen descuentos por viajes en crucero, aerolíneas, trenes y vehículos fluviales y terrestres si viajo a Europa, África, Asia, Oceanía o América. Mientras escribo este artículo puedo estar sentado en una silla importada de Brazil o frente a un escritorio importado de Dinamarca. Quizá adquiera artículos de la tienda sueca que vende artículos a nivel mundial. El PC en que escribo es una copia económica hecha en Taiwán o quizás diseñado en Estados Unidos y fabricado en Irlanda o China o en cualesquier otro país y el programa operacional y las aplicaciones desarrolladas en Ia India, Bangla Desh, o mi país, Colombia.
Por ultimo, voy a acostarme, ¿Qué hora es?. Cuándo observo el reloj, fisico, electronico, analogo o digital, sabes donde lo fabricaron? Puede ser Japón, Hong Kong, Singapur, Filipinas o Suiza.
Bienvenidos al presente. La fantasía de la globalización de ayer se ha convertido en una realidad actual; ha surgido una sociedad postglobalizada.
Pero ¿que es la sociedad postglobalizada? ¿Como difiere de la globalización?
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